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Del campo, caminando

  • klefvas
  • 29 may 2022
  • 1 Min. de lectura

Se sabe que la separación entre campo y ciudad ya no existe. Las tecnologías de comunicación y movilidad junto a las culturas globales han terminado difuminando sus límites, es imposible saber dónde empiezan o terminan las cualidades que las distinguían. Los urbanitas huyen a las periferias en busca de campo y los campesinos se envuelven de tecnologías globales, ambos van y vienen llevando y trayendo productos y costumbres que, antes, parecían representar y pertenecer a un lugar específico.


Sin embargo, hay gente del campo que sabe que la ciudad está muy lejos, gente con tecnología elemental al margen de la cultura global. Campesinos centenarios que llevan sus productos caminando como lo hicieron sus padres y abuelos, como si el tiempo no lo hubiera cambiado todo ellos siguen recorriendo kilómetros a pie, distancias que siguen separando ambos mundos y manteniendo viva la diferencia entre campo y ciudad.


Christopher Taco buscó recorrer el camino de quienes trabajan a pie; buscó ponerse en los zapatos de los que caminan descalzos. Él también llevó a cuestas algún producto para venderlo en el mercado central y caminar sintiendo el peso de llevar a la ciudad lo cosechado. Al hacerlo descubrió que quienes caminan viven otra realidad pues, la distancia y el tiempo recorridos le otorgaron experiencias imprevistas y humanas. Se dio cuenta que la distancia que separa el campo de la ciudad es un espacio vivido, un espacio que pasa desapercibido cuando la velocidad lo atraviesa. Descubrió que los límites y las fronteras también son espacios habitados y que, normalmente, allí vive gente de otro tiempo.


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